Tengo una amiga de esas que te da la vida, el tiempo, las situaciones; de esas que no te das cuenta qué tan amigas son, hasta que un día las cuentas entre tus mejores amigas, porque al final te pegaste a ella "así, así, como quien no quiere la cosa". Esta es mi historia con La Tipa.
Lo de Tipa viene de un cumple de ella -que viví como si fuera mío-. Ese año llegó al tercer piso y dijo: "después de los 30 la gente se refiere a uno como ¡La Tipa esa!, ya más nadie te dice chama", aunque creo que esto no es cierto porque aparenta mucho menos de los 45 que ya tiene (jajaja mentira).
El caso es que La Tipa emigró -como lo estamos haciendo todos tristemente- y actualmente está en la búsqueda de su nuevo hogar. La pobre le ha tocado visitar casas de: locas, viejas rumanas, prostitutas, lesbianas (con decoración en la sala de banderas y todo para que no quede duda), brasileñas, cochinas, odiosas, casas en destrucción, viejas con gatos y hasta gente normal.
La pobre de verdad que le ha tocado de todo. Lo bueno es que gracias a su turismo residencial ya conoce Madrid y toda su flora y fauna. Pero lo interesante es que La Tipa actualmente -mientras busca- tiene techo: vive en un convento. Sí, de esos que hay monjas y rezan y toda la cosa.
Resulta que La Tipa tiene una tía que vive aquí desde hace tiempo y es monja. Así que le ha dado asilo y del mejor porque hasta piscinita tiene, la cual no ha podido usar por las temperaturas invernales, pero tiene, y la verdad es que la tratan como una reina. Pero no se puede quedar ahí por un tema personal: necesita rumba o como dicen por aquí, marcha.
Así que en la búsqueda de la independencia la hemos querido ayudar todos a encontrar su `home sweet home´, tanto así todos que hasta el cura de la comunidad donde está viviendo le ofreció ayuda y hasta para mejorar el proceso de adaptación la invitó al cine (esto es verdad le guste o no al Vaticano).
Inspirados en el tema papal podemos decir que: habemus casa. Mientras escribía el post, la Tipa me mandó un pin avisando que está todo listo. Esperemos que este hogar reúna todas las condiciones que la tía necesita para tener una vida céntrica y plena en la capital europea.
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