domingo, 10 de octubre de 2010

Gracias Delia Fiallo

Últimamente las personas que conozco se dividen en dos grandes grupos: los casados y los que no. Bueno, mentira, hay más grupos, como los divorciados, arrejuntados, a los que le va mal en el matrimonio...; pero hoy voy a escribir de los grupos macro. 


Del primer grupo no sé mucho. Sólo que tienen lindísimas fotos de matrimonio y luna de miel y que, aparentemente, todo es color de rosa (no lo creo) pero así parece. 


Del segundo grupo sé más. Porque yo y la mayoría de mis amigas estamos ahí. Aunque mágicamente cuando la vida se me pone trágicomedia son más lo que están en el primer grupo que en el segundo, pero bueno, depende de por dónde lo quiera ver. 


La cosa es que hoy he hablado con 3 amigas diferentes y todas concuerdan en los mismo: "tod@s se están casando menos yo". Y es que es verdad te metes en el chismógrafo de Facebook y así parece, puras fotos hermosas de bodas y bebés. Y uno ya en los 30, Diiiooooos, se nos pasó el arroz!!!!!!


Al final creo que el tema está sobrevalorado y como una vez leí por ahí "debemos culpar a Disney -y agrego- a Delia Fiallo y a cuanto escritor se haya inventado los happy ending", ellos son los culpables de que esperemos tanto los momentos Kodak de la vida.


La realidad es que la mayoría de las mujeres buscamos aquello de lo que los hombres huyen: el compromiso. Y desde hace algún tiempo creo que ellos son más inteligentes que nosotros, pero como dicen por ahí: no pueden ser felices toda la vida  tienen que casarse. 


Creo que este es un tema histórico y de género, que no se solucionará en algún tiempo y que con la crisis de los 30 de acentúa cada vez más. 


Yo por lo pronto soy parte de otro grupo, que está algo así como en el limbo, que son los que viven con sus novios. Este grupo es bien complicado, porque no sabemos cómo nos metimos en esto, ni mucho menos cómo vamos a salir, es decir: soltero, casado, con hijos... estamos en holding con la típica musiquita de fondo de operadora "tinininín ninín ninínnnnn".


El tema es que pasamos parte de nuestra vida soñando e idealizando un momento que no sabemos cómo o cuándo llegará y nos martirizamos por lo mismo: tener un matrimonio bellísimo y ser legalmente feliz.


Yo creo que el día que me case -si me caso- lo haré de una forma poco tradicional: en paracaídas, en las Vegas o Times Square con la ceremonia oficializada por el Naked Cow Boy, y me tomaré muchas fotos sola, por si acaso, porque siempre recuerdo que las fotos del matrimonio de mis papás están cortadas por la mitad (menos mal que ya todo es digital). Prepárate para ese día facebook!!!!


Lo que si puedo decir a todos es que no hay nada como estar con los padres y vivir nuestros propios sueños: graduarnos, viajar, hacer deportes, escribir, hacer lo que queramos. Porque madruguemos no va a amanecer más temprano y lo mismo pasa con lo que deseemos. Hay que darle tiempo al tiempo y ser felices individuales para luego ser felices en grupo. 











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